¿Cómo empezar una novela? [Parte 2:Ideas]

Supongamos que estamos sentados frente a un televisor, pantalla de computadora o con libro en mano. La historia que tienes en frente (sea una película, un libro o un videoclip) llega a atraparte de una manera increíblemente genuina. De seguro, antes de irte a acostar o justo después de levantarte, tendrás una idea.

Entonces como por arte de magia, millones de ideas surgen por tu mente. ¡Es momento de que salga a la luz!

Es cierto que cuando uno lee un libro genuino, piensa: ¿por qué no se me ocurrió antes a mi?, o simplemente, ¡yo no lo hubiese hecho de esa manera! Es totalmente común y te aseguro que si recién empiezas a escribir, de seguro te basaran en algo que ya está escrito.

¡Pero no te desalientes! porque en este tema aprenderás como manejar esas ideas locas.
Todos tenemos ideas. La idea, bien sea para una novela o cualquier otra forma artística, es una cosa amorfa y multipropósito escondida entre un par de pechos, una versión primigenia de algo que nunca ha existido (las ideas pertenecen a ese mundo platónico más allá de la caverna), pero que en algún momento hemos imaginado. Por ejemplo, una chica que transmite sensaciones a través de los platos que cocina es una idea, y se llama Como agua para chocolate. Un extraterrestre con superpoderes que llega a la Tierra y se hace amigo de los humanos es una idea, aunque tan arquetípica y poco desarrollada que podría ser tanto Superman como E.T. (Un superhéroe que llega a la Tierra ya es otro cantar.) Una niña superfuerte con coletas es una idea: Pippi Calzaslargas es su nombre.

Las ideas son como los traseros: todo el mundo tiene una y cada una es particular. Las nombradas arriba son ideas bastante abstractas, pero seguro que tú viste y te emocionaste con cada una de esas historias.

Sin embargo, hay mucha gente que parte de ideas mucho más concretas y/o detalladas. Por lo general, estas se centran en una imagen o una escena (eso lo veremos mas tarde). Las ideas a veces también surgen de esta manera. Las ideas sensoriales resultan sorprendentemente fáciles de desarrollar en comparación con aquellas que están motivadas por un concepto o un sentimiento más personal. Ej.: siete hermanos con armaduras brillantes se cortan unos a otros la cabeza. Ver la sangre, oler el sudor. Esta es una idea basada en la experiencia sensorial.

Las ideas nacen, la mayoría de las veces, de sueños, o experiencias personales. Porque seguro, seguro que si recién acabas de cortar con tu pareja, escribirás una hermosa historia de amor de un rompimiento. Es natural, muy común y si aún no lo has hecho, perteneces al 000,1% de los escritores.

Mira películas, leé cuantos libros quieras, sueña todos los días, y luego, trancríbelas a papel. ¡Es tán simple como eso!

Recuerda cómo se peleaban tus padres y luego cómo se reconciliavan, que debías hacer cuando querías un perrito y tu madre se oponía, que método usaste para seducir a tu pareja, ¿que planeabas cuando te hiciste ese horrendo corte de cabello?, ¿cómo actuabas cuando tu compañero/a de banco te gustaba? Todas esas cosas son altamente útiles y te servirán al momento de escribir porque sabrás exactamente cómo hacerlo

En el momento que una idea nos convence –es decir, cuando surge el germen de la novela–, es bueno hacerse con una libretita que nos acompañe a todos sitios (también podemos tenerla en casa, anotar sólo ideas los fines de semana…). En ella apuntaremos todo lo que se nos ocurra: posibles vías y finales, personajes, frases, ocurrencias propias y de nuestras amistades… Todo vale en este período de recopilación y siembra de nuestro imaginario. Nos servirá para anotar todo lo que queramos y no olvidarnos de absolutamente nada al empezar la obra.

Recuerda que puedes hacer un resumen tan hermoso como quieras, pero al fin y al cabo terminarás escribiendo lo que tu corazón mande,y llegarás a quitar y agregar factores a gusto y piacere. Por el momento, crea la base, es decir, piensa cómo empieza la novela, cual será el conflicto, y por último cuando terminará. El resto, déjalo para cuando tomes la pluma.

Cuando creas una historia, debes tener ciertos factores bien planeados que ya todos conocemos: Un ambiente, un tiempo, una historia, un hecho, un protagonista. Pero éstos deben ser tan cuidados que cualquier error aunque sea pequeño, serán altamente notorios.
Empecemos por la clave de la una historia, por supuesto los personajes.
hazte amigos de ellos, métete debajo de su piel y piensa cómo ellos. ¿Conoces la frases "Que haría Jesus"? pues puedes usarla también: ¿que haría Ana?, ¿que haría Pablo?, ¿que haría Harry?, ¿qué haría Ron?, ¿qué haría Katniss?

He aquí un claro ejemplo: Katniss Everdeen, una chica un tanto particular cuyo arco y flecha se han encargado de asesinar varios animales en la casa furtiva para mantener a su familia y a su pequeña hermana Prim, a quién ama y protege, así como también lo ha usado para varias personas bajo las miradas de la gente del Capitolio. ¿Qué hubiese pasado si encontraba a un hombre abusando de Prim? No es muy dificil esa respuesta: tomaría su arco y atravezaría el cerebro del tipo en menos de lo que canta un rayo y luego se llevaría a Prim a un lugar seguro donde le cantaría una hermosa canción hasta que conciliase el sueño.

Por otra parte, tu personaje deberá interesarte, porque si a tí no te atrae, ¿qué te hará pensar que sí lo harán los lectores? Por ejemplo, al momento de escribir una novela, las mujeres (sobre todo en las novelas románticas) contamos con la perspectiva masculina. Por ejemplo: Carlos vé a Carla luego de más de 10 meses sin saber nada de ella, al verla nota su rostro angelical y alegre. La mira completamente y nota unos hermosos zapatos taco aguja,una minifalta color ócre y una blusa blanquesina que le dá un aire pasivo. Él piensa que está hermosa, y no ve la hora de poder decirle lo mucho que la ama y la ha extrañado.
Así escribe una mujer, que vé a Carlos como un completo Romeo, un poeta. ¿Por qué?, porque a las mujeres nos cuesta ver a los hombres cómo lo que son, hombres, (yo me incluyo, porque soy mujer) y pretendemos que piensen cómo mujeres atrapados en un cuerpo de un hombre y sin pechos. ¿Cómo sabemos que eso pensaba Carlos?, tal vez pensaba en lo corta que era su falda ócre y lo gustosa que era la hermosaa vista de su trasero, pero que estaba muy linda de todas formas.

Aunque la mujer no tenga idea de que piensan los hombres hacen su mayor esfuerzo, por lo qué los resultados siempre terminan siendo satisfactorios. Simplemente por el hecho de que su personaje masculino le interesa. Los hombres sin embargo suelen tener varias fallas con respecto a eso, porque si nosotras no tenemos ni idea lo que pasa por su cabeza, ellos estan peor. Cómo tampoco les importa un huevo (disculpen el término) y la mujer en sus historias solo están para calentar su sangre y resultan siempre ser unas perras o la chica perfecta, la esencia fémenina es más ausente que en una canción de los Wachiturros (cuya canción dice "Papi dame látigo")

Tampoco debemos descuidar el ambiente, que es tán esencial cómo una figura del sexo opuesto en la historia, incluso más.

Yendo al grano, y exagerando un poco, supongamos que tu personaje intenta suicidarse por haber perdido su puesto de trabajo. A menos que tenga una familia que alimentar o sea una multimillonaria, no habría razones para terminar con su vida, por ende, ¿no cometeríamos un grave error al escribir algo así?

Usando otro ejemplo; nos encontramos en la edad media, en un enorme castillo de Londres donde la princesa Amelia se encuentra chateando en su laptop con el príncipe de medio oriente. ¡Esperen!, ¿chateando?, ¿laptop? No había nada de eso en ese siglo, entonces no nos cuesta nada buscar un poco de información al respecto, a eso, vamos al próximo punto.

En este parte del proceso, recopilaremos la información necesaria sobre la época y las circunstancias del momento en que se desarrolla la novela; aun si es un texto de ciencia-ficción, sería conveniente desarrollar el universo imaginario en el que se van a mover nuestros personajes. La tarea de documentarse varía mucho de una novela a otra, y puede incluir fotografías, entrevistas, recortes de periódico… Normalmente, cuando se empieza esta labor, se descubre lo poco que se sabe de los aspectos que se pensaban conocer bien. Puede llegar el momento en que nos sintamos saturados -y un poco desorientados- ante tanta información. Será entonces el momento de clasificar lo que hayamos recogido y clarificar nuestro objetivo, que no es el de convertirnos en unos doctos conferenciantes en, por ejemplo, la situación de la minería andaluza en el siglo XVIII, si no en escribir una novela fundamentada en cómo vivía un minero andaluz en esa época. Una novela no es un ensayo, aunque agradece la ausencia de anacronismos y el acierto en el retrato de la época y las circunstancias donde se desarrolla.

Recuerda, que aunque debas tomarte tu tiempo, buscar un almanaque para saber que día de la semana fue 9 de julio de 1960, y tener miles de libros a tu alrededor para verificar los nombres de las ciudades y el clima, todo vadrá la pena cuando hayas terminado.
Nos vemos, en la próxima parte: personajes.